Es verdad que todos tenemos malos hábitos. Tal vez el tuyo sea chismear, procrastinar o la impuntualidad. Éstos comportamientos negativos no necesariamente te hacen una mala persona, pero como empleado pueden dar una muy mala impresión tuya, e incluso costarte el trabajo.

“Es probable que un solo hábito no provocará que te despidan de inmediato, pero el efecto acumulativo de los malos hábitos sí pueden hacerlo.

Mentir. Falsificar tus documentos o plagiar intencionalmente algo, mentir sobre tus horas de trabajo, hacer mal uso de la tarjeta de crédito de la empresa, robarse el crédito de tus compañeros de trabajo o robar de cualquier modo a tus empleadores te puede costar el trabajo. “La manera más segura para que cualquiera de nosotros pierda el trabajo de forma repentina y miserable es tener el hábito de desviar las verdades y mentir, aunque sea de formas pequeñas”, dice Ann Kaiser Stearns, psicóloga y autora del best seller Living Through Personal Crisis.

Procastinación

Éste hábito puede hacerte un serio daño en la oficina, dice Brooks. Si eres una de esas personas que cree que hará un mejor trabajo en el último minuto y pospone proyectos o tareas hasta el día (u horas) antes del deadline, puede que no te des cuenta del impacto que tiene ello en tus compañeros de trabajo. Si las prisas del último minuto hacen que otros trabajen rápidamente, es probable que provoques su molestia y que seas el primer culpable cuando un proyecto fracase o no se termine a tiempo.

Negatividad

Sí, muchos de nosotros habitualmente chismeamos o nos quejamos, pero abusa de ésta práctica y pondrás tu empleo en riesgo. Todo ello conduce al mismo resultado final: te convertirás en un dolor de cabeza para tu jefe, dice Amy Hoover, presidenta de Talent Zoo.

Impuntualidad

Si constantemente llegas tarde al trabajo o extiendes tus recesos muestras una actitud de complacencia y falta de cuidado, dice Roxanne Peplow, directora de servicios estudiantiles en Computer Systerms Institute. Así que llega a tiempo o incluso un poco temprano para demostrar que eres consciente del tiempo y que te preocupas por tu trabajo y también por el tiempo de los demás.

Pobre comunicación vía correo electrónico

Esto puede incluir todo, desde que no responder a mails hasta no ser consciente cómo escribes uno. Puedes ser percibido como brusco o grosero, o muy poco concreto o muy descuidado. Si tiene la mala costumbre de tomar demasiado tiempo para revisar o responder a mensajes de correo electrónico, podrías no enterarte de importantes reuniones o fechas de entrega, causar retrasos o confusión, o ser percibido como muy poco profesional.

Adicción a las redes sociales

Otro camino común a la pérdida del empleo es la obsesión habitual que muchos empleados tienen con las redes sociales. Si piensas que entrar a Facebook veinte veces al día no interfiere con tu trabajo, estarías mintiendo. Te desconcentra, distrae y te quita mucho tiempo en realidad.